Las hordas infernales al servicio del imperio están desatadas
Javier Del Valle Monagas Maita
Si yo fuera uno de esos creyentes seguidores de las mafias religiosas y dogmas manipuladores de la fe, diría que se soltaron los demonios y que el mandinga soltó a todos sus monstruos y bestias infernales para combatir lo bueno que queda en el mundo.
Ver a muchos gusanos sacerdotes, pastores, obispos, cardenales y líderes de otras religiones tarifadas, banqueros, médicos, politiqueros, periodistas, abogados, científicos, ingenieros, empresarios explotadores, generales, mercenarios, etc. presidentes de naciones imperialistas y otras serviles a ese imperio. En fin toda una representación de la más variada gama de profesiones y afines del orden social perverso. Generando matrices e imponiendo conductas aberrantes por todos los medios a su disposición, con los cuales la verdadera democracia, justicia y derechos humanos son demolidos descaradamente para sobreponer en sus lugares a la mentira, el engaño, la traición y el vicio.
Por ejemplo, un cura como el padre JOSÉ PALMAR, una verdadera calamidad con sotana, deseando en forma procaz la muerte de único presidente y del pueblo que lo apoya, que en los últimos 80 años se ha ocupado de distribuir las riquezas nacionales de manera justa y equitativa, de reconocer los derechos legítimos de las mayorías de los venezolanos, de propulsar el acceso de esas mayorías a los bienes y servicios, que les garanticen un mejor bienestar social, económico, político y humano.
Pero esa conducta despreciable de las elites egoístas no es solo en Venezuela. Vemos con estupor y vergüenza ajena, cómo en nombre de los DDHH se alimentan a fuerzas terroristas asesinas, para masacrar a pueblos, derrocar gobiernos legítimos e imponer títeres pro imperio y anti pueblos. Así mismo se hace mutis ante la invasión, asesinato, despojo y expulsión de pueblos de sus territorios ancestrales, como Palestina. Por parte de criminales sionistas que galopan sobre los judíos, utilizándolos como escudo para cometer sus actos aberrantes.
Las borrascas que se ciernen sobre todos aquellos que desean una vida en paz, libre y soberana, basada en la independencia, autodeterminación de los pueblos, y cuyos portadores -de las borrascas- cooptan para imponer sus intereses por encima del derecho colectivo. Son una procesión de contradicciones, en las cuales los que se dicen amantes del bien, de la justicia, de la bondad, de la paz, la libertad y seguidores de un Dios bonachón y justo; son, a la vez, negadores y violadores de todos esos derechos humanos.
El odio por los pobres, por los negros, por los morenos, por los indígenas, preña hasta el último rincón de las mentes de esos demonios amantes del capital, los lujos y las exclusividades. Ellos provocan las catástrofes, para luego apantallar haciendo filantropías con las cuales engañan a su enfermizo ego. Van a las iglesias, templos y demás núcleos religiosos a hacer actos de constricción de manera hipócrita, a los fines de auto burlarse y de engañar los anti valores de su sociedad enferma, como forma de escape, después de los actos bárbaros e inhumanos que cometen cotidianamente. Es una especie de cobertura de apariencias con las cuales pretenden sepultar las repugnancias de sus propios pensamientos oscuros.
Todos moriremos alguna vez y por alguna causa. Pero hay seres, que aún en vida, están pudriéndose en sus propias sepulturas mentales. Esas personas en verdad no viven, solo deambulan, o reptan. Habitan como zombis, sin la esencia humana de la vida, que es amor al prójimo y, la satisfacción de ser útil a los demás.
Individuos como ese padre, JOSÉ PALMAR, dan lastima. La única lastima que sólo pueden sentir unas personas nobles como Chávez y el pueblo chavista, por esos que ya no tienen salvación desde ningún punto de vista decente y humano. Me pregunto: ¿Qué pasaría si de verdad existiera ese Dios al que dicen servir ese padre prevaricador José Palmar, ese Papa, esos Cardenales como Sabino Urosa, como las mayorías de hipócritas que habitan en la C.E.V –con muy poquísimas excepciones– y que traicionan permanentemente sus propias predicas, leyes y promesas?
En el pueblo, sabremos defendernos de esos indignos. Y más que odio, les retribuiremos sus malos deseos contra Hugo Chávez Frías y contra el pueblo venezolano y chavista, tanto nacional como mundial, con deseos de paz, con acciones humanas y con mayor justicia social e inclusión de todos los hermanos oprimidos.
Lamentablemente el antídoto para el veneno como el que llena a personas z,ombis como José Palmar y los que, como él, van tratando de contaminar las cosas buenas, sólo es eficaz, si el mismo, toma conciencia de su mal.
R.I.P.
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