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sábado, 22 de diciembre de 2012

Lennon: "Cualquier cosa que nos ocurriera…"




Domingo, 9 de diciembre de 2012

Lennon: "Cualquier cosa que nos ocurriera…"

Por Tomás F. Ruiz
 - Canarias Semanal


Han pasado más de tres décadas -recuerda TOMÁS F. RUIZ - desde que John Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980. El mítico ex Beatle desapareció del escenario musical dejando tras de sí una estela de asombrosa productividad (...).


[Img #12984]    Han pasado más de tres décadas desde que John Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980.  El mítico ex Beatle desapareció del escenario musical dejando tras de sí una estela de asombrosa productividad y legítima fascinación.  Los Beatles, de los que Lennon fue parte insustituible, no solamente fueron un mito en la historia de la música; los Beatles personificaron la catarsis colectiva de un mundo harto de mentiras que exigía un cambio real y que lo quería ya.  Los sesenta fueron años prometedores en la historia de la Humanidad, unos años en los que los seres humanos dejaron constancia de que no querían seguir viviendo como esclavos.



A lo largo de la siguiente década, la de los setenta, el compromiso de John Lennon fue el de la no violencia ("Dices que quieres una revolución, todos queremos cambiar el mundo…").  Pero ante la resistencia pasiva que él proponía, frente a la conciencia universal que esta llamada parecía despertar en todo el planeta, el sistema no dudó en responder con violencia.  El vasto movimiento que aquella generación de músicos comprometidos inició por un mundo más justo, fue aplastado por las porras de los policías y los fusiles militares.  Aquel movimiento se acabó extinguiendo sin conseguir sus propósitos.  Cuando la fama universal de los Beatles los colocaba ya a la cabeza del fenómeno musical más asombroso del siglo, John Lennon optó abiertamente por el compromiso político.  Su "Give to peace a chance" fue decisivo en el final de la guerra de Vietnam.


El irresistible imán y el cada vez más comprometido activismo político de Lennon empezaban a ser una seria amenaza para Estados Unidos.  Ese Imagine, con el que había hecho soñar por un planeta más justo a millones de jóvenes de todo el mundo, se había convertido en el nexo de unión de toda una generación que se sentía unida más allá de razas, culturas y fronteras.  Nixon intentó expulsar a John Lennon de USA por sus declaraciones contra la guerra de Vietnam.  No lo logró, pero la advertencia estaba hecha.  "Cualquier cosa que nos ocurriera (a Yoko o a mi) -apuntaba Lenón tras serle reconocido el derecho a residir en Estados Unidos- no sería un accidente".  El FBI sigue negándose a hacer públicos todos los informes que tiene sobre el conflictivo ex beatle.  En uno de estos informes su jefe, Edgar Hoover, lo "acusa"de ser simpatizante del troskismo.  Con su asesinato, el stablishment se libraba de uno de sus disidentes políticos más molestos.  Creyeron que su muerte iba a ser ejemplar para todos los que pretendieran cambiar el sistema.



Londres, toda Inglaterra, el mundo entero, lloraron su muerte pero no supieron desarrollar su legado. La conciencia global en la paz universal, por la que tanto había luchado Lennon, sigue sin llegar.  El Estado británico se ha ocupado de que los jóvenes obreros ya no tengan tiempo para soñar con mundos psicodélicos.  Con jornadas de diez y doce horas de trabajo, los tiene inmersos en una vorágine sin precedentes; su mundo es un mundo implacable, competitivo y despiadado.  Los jóvenes londinenses del 2012 están atrapados como moscas en una tela de araña.  "It´s been a hard days and night" advirtieron medio siglo atrás los Beatles.  La música de John Lennon fue uno de los combustibles que alimentó aquella época de resistencia gloriosa.



Hoy en día, más de tres décadas después del asesinato de Lennon, ya no hay idílicos campos de fresas eternas en el horizonte británico; los súbditos ingleses viven ahora dando la espalda a la turbia invasión de países que protagoniza su ejército.  Se acabaron también las jovencitas brillando en el cielo como diamantes, las ninfas de ojos caleidoscópicos y la creativa era de la Psicodelia.  Aquellos mundos imaginarios que los Beatles construyeron a partir de su música, aquellas sencillas canciones con las que dieron alimento espiritual a una generación dispuesta a todo, parecen haber pasado a mejor vida en la Inglaterra del siglo XXI.  Afortunadamente, la historia seguirá dando cada cierto tiempo soñadores como John Lennon; afortunadamente, esos soñadores nunca estarán solos.  





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