21 febrero de 2013
Todas las revoluciones en la
historia han sido memorables, han estado preñadas de entrega, de sacrificio, de
sufrimiento, de valentía, de generosidad, de inmenso humanismo, de valores
espirituales y de heroísmo. Todas son merecedoras de nuestra profunda admiración
y respeto.
Sin embargo, con toda justeza
histórica, también debemos resaltar las particularidades de la gesta heroica de
un humilde campesino, de baja estatura, cuya honra era haber salido del vientre
de los oprimidos. Ese joven se llamaba Augusto Cesar Sandino, el más ilustre de
todos los nicaragüenses.
Las Sagradas Escrituras nos
relatan la asombrosa epopeya de la primera revolución de esclavos de la
historia de la humanidad, el levantamiento de los "hombres sin
tierra", los hebreos, sometidos al yugo de Faraón en Egipto. El texto
sagrado nos da a conocer "la irrupción de Dios en la historia."
Esa gesta de la primera revolución
que conoció la humanidad, marcada por la revelación del Verbo de Dios, el
eterno "Yo soy" el cual se le aparece al dirigente de los esclavos,
el profeta Moisés y le dice: "...he visto la aflicción de mi pueblo que
está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido
sus angustias, y he descendido para librarlos de la mano de los egipcios."
(Exodo 3:7-8).
La historia de la lucha del pueblo
de Israel por liberarse de la esclavitud en Egipto, se conoce también como la
historia de la Salvación. Si la creación del Génesis se conoce como el momento
primero, la irrupción de Dios en la historia de la humanidad por medio de la
revelación del eterno "Yo soy el que Soy" también revelado en el
Evangelio de Juan cuando el apostol dice "En el principio era el Verbo y
el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios" constituye en momento segundo.
Se trata exactamente del mismo Verbo Existencial quien declara: "Antes que
Abraham fuese Yo Soy" (Juan 8:58)
La epopeya de la liberación del
pueblo hebreo fue la primera revolución triunfante en toda la historia de la
humanidad, inmortalizada en las monumentales páginas del libro de los libros,
la Biblia, llevada al celuloide mediante la película clásica Los Diez
Mandamientos con la acción estelar de Charlton Heston y la impresionante
producción de Cecil B. de Mille. Fue la epopeya de esa insurrección la que nos
dió la Biblia, el libro inmortal.
De igual manera salvando la
distancia de 18 siglos, se da en suelo americano otro levantamiento de esclavos
el cual resulta en la primera Revolución triunfante de América Latina, la
revolución de los esclavos en Haití, quienes se liberan del yugo colonial
francés.
Mucho se ha hablado también sobre
la primera gran derrota militar del imperialismo norteamericano en Vietnam.
Ciertamente la Revolución Vietnamita esta también impregnada de heroísmo, de
lucha y sacrificios. De ninguna manera podemos ni debemos demeritar la gloriosa
lucha del pueblo vietnamita que humilló a la potencia más grande de la tierra,
aquel 30 de Abril de 1975, con la caída de Saigón.
Pero en honor a la verdad, la
primera gran derrota militar sufrida por el imperialismo fue la derrota sufrida
en Nicaragua en la década de los 30 a manos de Sandino y sus hombres. Es
sencillamente increíble que un "pequeño ejército loco" integrado por
30 campesinos descalzos, haya sido capaz de obligar a los marines a abandonar
Nicaragua.
Sandino bebe de las aguas de la
Revolución Mexicana, en donde vivió luego de incidentes propios de la juventud
que lo obligaron a emigrar de Nicaragua. Pero Sandino se inspira en el
martirologio del general Benjamín Zeledón, quien también muere en Masaya, resistiendo
la ocupación de la patria.
Anastasio Somoza García le temía
tanto a Sandino, que no contento con asesinarlo a traición (única forma de
"derrotarlo"), escribe un libro para denigrar su memoria con su obra
"El Calvario de las Segovias." Somoza hizo todo lo que pudo por
sepultar para siempre de la historia de Nicaragua el nombre del general de
hombres libres Augusto Cesar Sandino.
Le cabe al fundador del FSLN,
Comandante Carlos Fonseca Amador, el privilegio de descubrir a Sandino,
rescatar su memoria para las nuevas generaciones y proyectarlo con el padre de
la nueva Nicaragua, libre y luminosa. El comandante Carlos es quien nos
presenta a las nuevas generaciones al general de hombres libres que salvó la
dignidad de la patria.
Las frases célebres de Sandino,
denotan una enorme madurez política y un profundo conocimiento de las ideas
libertarias y de la cosmovisión de la vida. Su Mafiesto Luz y Verdad denota su
profunda espiritualidad y armonía con el Universo en el plano trascendental.
Sandino no tenía la más mínima
duda que el enemigo histórico del pueblo de Nicaragua era el imperialismo
norteamericano, el yanque invasor a quien catalogaba como "la bestia rubia
del norte" y a los políticos de Washington les llamaba "gleba de
morfinómanos."
Se han escrito muchos libros y
millones de cuartillas, exaltando el pensamiento del muchacho de Niquinohomo.
Pero en la Nicaragua de inicios del siglo XXI, ante la deserción de algunos que
disfrutaron las mieles y la gloria de la Revolución Popular Sandinista y que
ahora vergonzosamente se amalgaman con los enemigos del pueblo, se vuelven
pertinentes las lapidarias frases de Sandino:
"Por el carácter que toma la
lucha, los débiles, los cobardes y los pusilánimes nos abandonan; solo los
obreros y campesinos irán hasta el final, solo su fuerza organizada logrará el
triunfo."
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